A Sor Juana
Porque me robaste la infancia
y en dulce sueño aprendí a quererte.
Porque me envolviste en tu juego barroco clandestino
con juegos de palabras y frases sibilinas,
retruécanos incandescentes, hipálages oscuras,
ardientes metáforas e hiperbólicos versos.
Porque me miré en ti y quedé deslumbrada
y contemplé la sombra en inequívoco haz de tinieblas
y derroteros yermos y campos tramontanos
me llevaron hasta la frente ufana de diosas celestes,
arcanos transmigrados, hechizos alquímicos y torvos.
Porque no encontré manantiales que calmasen mi sed,
mi aterradora sed de suspiros, de caricias y de miedos
que rozaban en fresco carmesí ataviados de mil voces,
colores inundados de frescos y pesados tapices
que bordean los muros de este insoportable, atávico
clamor de mi esperanza nocturna.
Porque me reflejé en tu espejo silencioso de Harpócrates
y de Mineidas y miles Nictimenes que acechaban
en negras noches, mantos dolorosos, temores
ardores, clamores, amores, dolores coloridos de espanto.
Porque soy tuya y de nadie más, Sor Juana niña enardecida
por el encanto de mil monjes y monjas que arrastran
lamentos, duelos, quebrantos, llantos.
Porque sin ti no hay un ayer ni un mañana
porque es así y simplemente porque en esta noche
te amo.
Susana Arroyo-Furphy
Poemario en preparación "Yo creo" - 2010
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