Monasterio de Rila |
En 1996 tuve la oportunidad de participar en un congreso
en la ciudad de Sofía, Bulgaria. En esa ocasión se celebraba el recientemente
decretado Día del Libro, además de recibir por primera vez, tras 50 años de exilio,
a quien fuera el rey Simeón II, Simeon Borisov Sakskoburggotski, que estaba
hospedado en mi hotel. O, mejor dicho, yo me encontraba hospedada en el mismo
hotel en el que estaba el Rey; eso lo advertí pues un día que llegué de visitar
el imponente Monasterio de Rila, enclavado en los agrestes Balcanes, había
fotógrafos y reporteros por todas partes, y me pidieron una identificación para
poder entrar al hotel. Yo les dije que mi pasaporte y la llave de la habitación
estaban en la recepción del hotel pues tenía indicaciones de salir con lo
necesario solamente ya que… así era mejor.
Finalmente, conocí al Rey. Bueno, lo vi de lejos. Todos
los ahí presentes lo aclamaban. Dado mi nulo conocimiento del idioma búlgaro,
me acerqué a un fotógrafo a quien pregunté en inglés si la gente lo quería y me
contestó que lo amaban.
Asistí al congreso In
Honorem a Roman Jakobson –no hay un lingüista en el mundo que no haya leído
su obra; existen cientos de volúmenes en su honor– y presenté en ese entonces
un paper titulado Meaning and Sens in the poem Primero Sueño by
Sor Juana Inés de la Cruz (Significación
y sentido en el poema Primero Sueño
de Sor Juana Inés de la Cruz); dada mi inclinación al estudio del poema de la
monja jerónima.