Por Susana Arroyo-Furphy
A la generación 67-69
de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros
de la Ciudad de México.
En la actualidad la palabra “maestro” tiene aplicaciones e implicaciones limitadas, generalmente se refiere a las personas que imparten clases a niños, también se emplea para referirse a alguien calificado, quien es diestro en realizar alguna actividad. En los tiempos modernos se le llama: profesor, lector, doctor, catedrático y de algunas otras formas a quienes se dedican a la enseñanza media o universitaria.
Yo quisiera apelar a la forma “maestro” para designar a toda persona que realiza una labor de enseñanza, no importa el grado que imparta. Así que les ruego a los altos rangos académicos que me disculpen y que se integren a esta modalidad pues lejos de sentirse incómodos o de un nivel menor, les puedo asegurar que al terminar de leer este artículo se sentirán muy orgullosos de llamarse “maestro”.
“Maestro”, del latín magister, magistri, tiene las siguientes acepciones en el DRAE : Dicho de una persona o de una obra: De mérito relevante entre las de su clase; persona que es práctica en una materia y la maneja con desenvoltura; persona que está aprobada en un oficio mecánico o lo ejerce públicamente. Maestro de taller entre otras.