martes, 9 de noviembre de 2010

ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ

El mundo de las letras está de plácemes. Nos encontramos celebrando en este mes de noviembre el aniversario del nacimiento de la Décima Musa, Sor Juana Inés de la Cruz.
Sabemos que Sor Juana o Juana de Asuaje (a.k.a. Asbaje) nació en la Hacienda de Panoayan, propiedad de su abuelo, ubicada en Amecameca, un municipio perteneciente al Estado de México, muy cerca de los volcanes.
Hace dos años, en el 2008, se celebró en México un homenaje a Sor Juana llamado “Musa de los Volcanes”. En esa ocasión, el sorjuanista Augusto Vallejo de Villa presentó documentos probatorios en relación con el apellido de Sor Juana, que siempre se había considerado “Asbaje” y ahora sabemos que ha sido “Asuaje”, esto debido principalmente al cambio lingüístico propio de cualquier lengua en constante evolución, así como de la ortografía que en esos tiempos era difícil de atestar.

No fue sino hasta 1726 cuando la recién fundada Real Academia de la Lengua, en España, tuvo a bien fijar y dar esplendor a la lengua española por medio del llamado Diccionario de Autoridades.
En tiempos de Sor Juana y de tantos otros grandes como Juan Ruiz de Alarcón, por mencionar otro ejemplo de ilustre nombre en las letras de la Nueva España, no se había fijado la norma lingüística. En las cinco ediciones antiguas del Primero Sueño, desde 1692 hasta 1725, existe una variedad ortográfica de hasta cuatro acentos para un morfema, por ejemplo la preposición a, la cual se encuentra diversificada indistintamente de esta forma: a, á, à, â.
El apellido de Sor Juana que antes se creía era “Asbaje”, va de la mano, además, con el origen. Es decir, si se persigue la línea de “Asbaje” se descubre un origen vascongado. Ahora, con los recientes descubrimientos y con el cambio de “Asbaje” a “Asuaje”, se ha demostrado que su origen es canario.
En la página de la Biblioteca Cervantes, en la cronología alrededor de Sor Juna, cito:
“1648. Noviembre 12. Posible año de nacimiento de Juana de Asuaje en San Miguel Nepantla, México [1651?]. Sus padres don Pedro Manuel de Asuaje, probablemente natural de Canarias y doña Isabel Ramírez de Çantillaña, natural de Yacapistla, Nueva España.”
El apellido de la madre también es de diversa ortografía: Satillana, Cantillana, Çantillaña.
El nombre, el lugar, la fecha, todo es hasta hoy incierto, vago o con fundamentos poco comprobables. Los especialistas se debaten entre la demostración, la comprobación de hipótesis, la invalidación de datos y la búsqueda de nuevos derroteros para explicar el mundo de la poetisa.
Sabemos que Sor Juana ingresó a la Corte del Virrey de Mancera en 1663 y que para estos tiempos ya había compuesto piezas literarias, hacía versos en náhuatl, en latín y en español. En 1669 ingresaría al Convento de San Jerónimo donde profesaba como religiosa con el nombre de Sor Juana Inés de la Cruz; y vivió enclaustrada durante casi 30 años, hasta su muerte.
En 1692 escribe el poema Primero Sueño o El Sueño y se publica ese mismo año dentro del Segundo volumen de sus obras, en Sevilla, luego en Barcelona y más tarde en Madrid.
Sabemos también que en 1693 renuncia a las letras y dona su cuantiosa biblioteca; en 1694 ratifica sus votos como religiosa y firma su Protesta con sangre. Muere el 17 de abril de 1695, víctima de la peste.
Todo esto nos lo cuenta la historia. Tras la muerte de Sor Juana, en el siglo XVIII hubo acercamientos a su vida y a su obra, profundas lecturas y análisis, los cuales se vieron interrumpidos con las guerras de independencia de los países hispanoamericanos, así como con la desolación de muchos pueblos y las ulteriores convulsiones políticas y sociales del mundo ahora independiente de la colonia española.
A fines del siglo XIX se dio comienzo a una nueva aproximación a la vida y obra de la monja poeta; pero es en pleno siglo XX cuando la obra de Sor Juana ha alcanzado grandes dimensiones en cuanto a la crítica hecha tanto por literatos como historiadores, por lingüistas y exegetas. Muchos son los nombres que se repiten en el mosaico ensayístico en torno de la figura de Sor Juana. Surgen, además, nuevas y variadas tendencias alrededor de su nombre y su eximia obra.
En la actualidad se dan cita pintores, escultores, músicos, artesanos, así como actores, directores, productores, editores y otros, en la ejecución de piezas teatrales, películas y un sinfín de interpretaciones, desde el llamado performance hasta manifestaciones francamente iconoclastas. También se ha tomado a Sor Juana como emblema de movimientos gay o transexuales. Se le ha buscado un origen judío, converso, vasco o canario.
Sor Juana está en todas partes, desde un billete de 1000 pesos hasta en camisetas. Es un icono, así como una imagen mercadotécnica. A veces, al observar toda esta parafernalia recuerdo la primera vez que fui a Cuba y el gran asombro que nos causó encontrar al “Che” Guevara entre gorras, llaveros, pins (botones o broches de adorno), camisetas y una extensa y miscelánea manifestación popular. Llévate al “Che”, decían.
Los congresos, mesas redondas, conferencias, seminarios, encuentros y desencuentros, coloquios, circunloquios, descubrimientos, hallazgos y mixturas de todo tipo se dan cita con la figura predominante de Sor Juana. Algunos participan para ver su nombre entre los estudiosos sorjuanistas, otros lo hacen porque se aferran a una imagen ya mítica y otros más han sido deslumbrados con la vida o la obra de la mujer-monja-poeta y presentan, arrobados, sus proezas.
Ahora leemos aquí y allá: Los pecados de Sor Juana, Las noches con Sor Juana, Divertimento con Sor Juana, Las dos Sor Juanas (así como las dos Fridas); Sor Juana y su mundo, Sor Juana y su tiempo, Sor Juana y sus contemporáneos, Variaciones a Sor Juana, por mencionar algunos títulos.
De Sor Juana se dice todo: monja-sabia, hija ilegítima, numen de América, lesbiana, incomprensible, autodidacta, innovadora, feminista, en fin, todo cabe en el marco sorjuaniano.
De las variadas celebraciones que se realizan en la actualidad hay una que inscribirá su nombre con letras de aguafuerte, es decir, será un grabado que perdurará y trascenderá en la memoria colectiva y en la historia. Diseñado por una sorjuanista plástica, nacida en la pequeña Tecate, ciudad situada en la zona más occidental de América Latina, en la península de Baja California, en México, la pintora Laura Castanedo ha logrado conjuntar a más de 60 artistas plásticos y literarios para converger con Sor Juana, tema medular del Encuentro Óyeme con los ojos. Inspirada en temas y versos de la obra de Sor Juana, la artista Laura Castanedo ha diseñado una exposición de dimensiones extraordinarias en la vieja y señera ciudad de La Habana.
El título del Encuentro se ha tomado de uno de los versos de la imponente lira:
Amado dueño mío,
escucha un rato mis cansadas quejas,
pues del viento las fío,
que en breve las conduzca a tus orejas,
si no se desvanece el triste acento
como mis esperanzas en el viento.
Óyeme con los ojos,
ya que están tan distantes los oídos,
y de ausentes enojos
en ecos de mi pluma mis gemidos;
y ya que a ti no llega mi voz ruda,
óyeme sordo, pues me quejo muda. (…)
Entre curadores, pintores, ensayistas, literatos, pinceles, plumas y versos, música, indumentaria, color y gran sabor méxico-cubano se llevará a cabo una muestra que pretende ser itinerante, sobre el complejo mundo artístico que gira en torno de la monja de Amecameca. Pintores y escritores de Italia, Holanda, Francia, Portugal, México y Cuba, entre otros países, se darán cita en el Encuentro Óyeme con los ojos que se diversifica en este mes de noviembre, mes de Sor Juana, con: La seducción en la Galería de la Academia de Bellas Artes de San Alejandro; Visiones conjuntas en la Casa del Benemérito de las Américas “Benito Juárez”; Égalité en la Galería Pierre Renoir de la Unión Francesa de Cuba y Engaño colorido en la Sala Villena de la UNEAC.
Las exposiciones: El pincel invisible y artificios vanos estarán presentes desde el 29 de octubre hasta el 26 de noviembre en La Habana. Y todo, nuevamente, con Sor Juana como centro de interés, como el pretexto del texto visual, auditivo, armoniosamente literario, bellamente artístico.
A mí me ha tocado participar con algo que he llamado “Epifanías”, a continuación transcribo una de ellas, la cual forma parte del grupo Visiones conjuntas y que ha sido bellamente ilustrada con la plasticidad del ingenio del artista Edel Bordón:
La culebra
Si en una culebra el año
figuraban los egipcios,
que, unidos los dos extremos,
junta el fin con el principio.
Sor Juana
Eres tú mi bienamado la nueva cuenta de mi vida, así como Si en una culebra el año fuera menos de 365 días, si el ilustre balance se hiciera como el que figuraban los egipcios, tendríamos las distinciones de los olvidados siglos; y pues que, unidos los dos extremos, al colocarnos dormidos tú extensión mía y yo de ti, amado mío, en nuestra unión sagrada se junta el fin con el principio.


Publicado por Hontanar http://www.cervantespublishing.com/Hontanar/2010/Hontanar_noviembre_2010.pdf

2 comentarios:

María Eugenia dijo...

Querida Susi:
Este texto es una joya.
Te envié un correo electrónico solicitando permiso para reproducir un fragmento en mi blog "Aldea de las Letras" y remitir a los lectores a este sitio. Realmente quiero sumarme a la celebración con las letras de una experta.
Te mando un cariñoso abrazo.
Ma. Eugenia Mendoza

Yo Escribo dijo...

Querida Maru,
Eres un encanto, muchas gracias. Espero que sigamos descubriendo a "nuestra" Sor Juana, pues es de todos. Te agradezco mucho tus comentarios.
Te mando mi cariño,
Susana